Velocidad de incremento de ángulo. Si el espesor y la tendencia de presurización
de las formaciones que se espera encontrar lo permiten, se pueden utilizar
diferentes velocidades de incremento para calcular un juego de trayectorias. El
contar con un conjunto de trayectorias para un mismo objetivo, le permitirán al
personal encargado de las operaciones direccionales, seleccionar las más
convenientes de acuerdo a los ángulos máximos observados y la experiencia
acumulada en otros pozos. Si de antemano se conoce la velocidad de incremento
de ángulo con la cual se obtiene un buen desarrollo de la perforación, no será
necesario diseñar trayectorias alternas.
Tipo de formación. Siempre que se analice un estudio direccional, se deberá tomar
en cuenta la columna geológica que se debe perforar, clasificando la
compresividad y la dureza de las formaciones atravesar, así como los echados
regionales para intentar predecir la variación del rumbo del pozo durante la
perforación.
Diámetro del pozo. El diámetro del pozo y consecuentemente, el programa de
tubería de revestimiento, son parámetros que dependen de la profundidad del
objetivo, de las características de las formaciones a perforar y de la producción
esperada.
Fluido de perforación. El tipo de lodo a utilizar, así como sus características de
lubricación y arrastre son factores que deben ser supervisados continuamente
durante la perforación.
Cilindro de control. Para la perforación de un pozo direccional se han fijado ciertas
restricciones en la desviación: en el tramo vertical, el pozo se debe mantener
dentro de un cilindro imaginario de 7.62 m de radio, mientras que en la sección
desviada no debe salirse de un cilindro de 15.24 m de radio, alcanzado el objetivo dentro de un diámetro de 15.24 m (termina en punta). Al cilindro imaginario se le
conoce como cilindro de control.
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