Reduciendo la resistencia del gel y la viscosidad plástica de lodo, se mejora
notablemente la eficiencia del desplazamiento y se reducen las presiones
requeridas en la interfase lodo-cemento.
También se reducen las fuerzas de
arrastre de desplazamiento requeridas para remover el lodo canalizado y disminuir
los efectos de las fuerzas resistivas tubería-lodo-pared del agujero.
Bajo ciertos y bien definidos límites de presión, puede bajarse la densidad
del lodo empezando con la resistencia del gel y la viscosidad plástica, casi al límite
de presión de formación del pozo. Si esto se logra, la tubería debe ser rotada sólo
para ayudar en la acción de limpieza y puede llevar a reducir la presión por debajo
de la presión de formación.
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