A medida que se va bajando un revestimiento, se le llena periódicamente con lodo de perforación, a no ser que se esté usando equipo de flotación con llenado automático. Si no se ha llenado mientras se ha estado bajando, la presión hidrostática de la columna de lodo en el exterior puede ocasionar el colapso del revestimiento. Se utiliza una línea de servicio liviano con una válvula de apertura rápida para llenar cada junta mientras se levanta y prepara la siguiente para ser conectada. Dado que usualmente no es posible llenar completamente cada junta, es una práctica común detener la corrida de revestimiento cada cinco o diez juntas para llenar completamente la sarta.
Es de crucial importancia que los desplazamientos del volumen de lodo sean vigilados estrictamente durante toda la corrida del revestimiento, Dado que el revestimiento es prácticamente una tubería con extremo cerrado, además con un espacio anular muy reducido, las presiones de surgencia en esta operación serán grandes. Para minimizar esto, se baja el revestimiento a baja velocidad, pero si aún las presiones de surgencia son suficientemente grandes, las formaciones más frágiles podrían ser fracturadas, con la consecuente pérdida de lodo a la formación. A causa del fracturamiento no sólo puede resultar un trabajo de cementación de mala calidad, si no también en un reventón, si se pierde tanto lodo en la formación como para perder presión hidrostática en una formación permeable en cualquier profundidad del pozo.
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