Hay varias situaciones, de ocurrencia natural o bien inducidas por la perforación que pueden
llevar a una pérdida de circulación:
• Arenas superficiales frágiles e inconsolidadas.
• Formaciones cavernosas o fracturadas naturalmente.
• Reservorios depletados o formaciones presionadas sub-normalmente, donde la
densidad del lodo supera a la de formación.
• Formaciones que se han debilitado o fracturado por operaciones de perforación incorrectas (Excesiva densidad del lodo, excesiva presión de circulación, presiones de surgencia o incrementos de presión al bajar tubería o al cerrar el pozo).
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