Si existe una estructura apropiada y la saturación de petróleo justifica un proceso
de inyección de agua, la adaptación de una invasión periférica puede producir mejores
eficiencias de barrido areal que una inyección en un patrón de línea directa. La existen-
cia de zonas con altos relieves sugieren la posibilidad de un programa de inyección de
gas. La forma del campo y la presencia o no de una capa de gas también influenciará
en esta decisión.
La mayoría de las operaciones de inyección de agua han sido llevadas a cabo en
campos que exhiben un moderado relieve estructural, donde la acumulación de petró-
leo se encuentra en trampas estratigráficas. Como estos yacimientos por regla general,
han sidó producidos con empuje por gas en solución y no han recibido beneficios de
un empuje natural de agua o de otro tipo de energía de desplazamiento, usualmente
poseen altas saturaciones de petróleo después de una producción primaria, hacién-
dose atractivos para operaciones de recuperación secundaria.
Así, la localización de
los pozos de inyección y producción debe adaptarse a las propiedades y condiciones
que se conocen de la arena.
A menudo es importante realizar un análisis de la geometría del yacimiento y de
su comportamiento pasado, para definir la presencia y la fuerza de un empuje de agua
y así decidir sobre la necesidad de inyección suplementaria, pues ésta puede ser inne-
cesaria si existe un fuerte empuje natural de agua. Tal decisión depende también de la
existencia de problemas estructurales como fallas o presencia de lutitas, o de cual-
quier otro tipo de barrera de permeabilidad. Por otra parte, un yacimiento altamente fa-
llado hace poco atractivo cualquier programa de inyección.
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