La combustión húmeda, también conocida como proceso COFCAW (combinación de combustión convencional más inyección de agua), constituye una solución
para la segunda limitación del proceso convencional, es decir, la utilización ineficiente
del calor almacenado detrás del frente de combustión.
En la combustión seca convencional, más de la mitad del calor generado se encuentra entre el pozo inyector de aire y el frente de combustión. Se han realizado muchos intentos para transferir este calor delante de la zona quemada. El agua, debido a
su alta capacidad calorífica y a su calor latente de vaporización, puede utilizarse ventajosamente con este propósito.
Cuando el agua se inyecta
en el pozo inyector en una operación de combustión convencional, ya sea alternada o simultáneamente con el aire, se logra
la recuperación del calor, ya que
toda o parte del agua se vaporiza
y pasa a través del frente de
combustión, con lo cual transfiere calor delante del frente.
Con el objeto de presentar
la idea del proceso en su forma
más simple, considérese el flujo
unidimensional sin pérdidas de
calor lateralmente y sin conducción de calor en la dirección de
flujo, tal como se presenta en la
Figura 9.27, la cual puede compararse con los diagramas similares mostrados para una combustión convencional.
Muchos factores favorables que en varios casos reducen la relación aire-petróleo
se alcanzan con la combustión húmeda, ya que al reducirse la viscosidad del petróleo
frío se extiende la zona del vapor o zona caliente a una distancia mayor delante del
frente de combustión, lo que permite que el petróleo se mueva y se opere a menos presión y con menos combustible. La velocidad con que se mueve la zona de combustión
depende de la cantidad del petróleo quemado y de la tasa de inyección del aire. El empuje con vapor, seguido de un fuerte empuje por gas, es el principal mecanismo que
actúa en el recobro del petróleo.
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