La combustión in situ o "invasión con fuego", es un método único debido a que
una porción del petróleo en el yacimiento (cerca del 10%) se quema para generar el calor, obteniéndose una alta eficiencia térmica.
Existen tres tipos de procesos de combustión en el yacimiento. El primero se denomina Combustión Convencional o "hacia adelante", debido a que la zona de combustión avanza en la misma dirección del flujo de fluidos; en el segundo, denominado
Combustión en Reverso o en "contracorriente", la zona de combustión se mueve en dirección opuesta a la del flujo de fluidos. Aunque el proceso convencional es el más común, ambos tienen ventajas, limitaciones y aplicaciones específicas. El tercer tipo es la
combustión húmeda, mejor conocida como proceso COFCAW, en el cual se inyecta
agua en forma alternada con el aire, creándose vapor que contribuye a una mejor utilización del calor y reduce los requerimientos de aire.
El proceso de combustión in situ se inicia generalmente bajando un calentador o
quemador que se coloca en el pozo inyector. Luego se inyecta aire hacia el fondo del
pozo y se pone a funcionar el calentador hasta que se logre el encendido. Después que
se calientan los alrededores del fondo del pozo, se saca el calentador, pero se continúa
la inyección de aire para mantener el avance del frente de combustión.
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