Este método EOR se aplica en yacimientos de caídos pesados para aumentar el recobro durante la fase de producción primaria. Durante este tiempo se ayuda a la energía
natural del yacimiento porque el vapor reduce la viscosidad del petróleo, facilitando su
movimiento a través de la formación y aumentando la producción de los pozos.
Después que el pozo se abre a producción y que se bombea, la tasa de petróleo
aumenta y se mantiene así por un período largo (70 BPD en promedio durante seis meses) hasta que el rendimiento se vuelve antieconómico o hasta que el petróleo se toma
demasiado frío (viscoso) para ser bombeado. Luego se repite todo el proceso muchas
veces, debido a que es económico y conveniente. Este método se utiliza en yacimientos poco profundos, con pozos perforados en espaciados cortos.
Generalmente, después de este proceso se inicia una inyección continua de vapor por dos razones: para continuar el calentamiento y la mejora de las condiciones del
petróleo y para contrarrestar la declinación de la presión del yacimiento, de tal forma
que pueda continuar la producción. Cuando comienza la inyección continua, algunos
de los pozos originalmente inyectores se convierten en productores.
La inyección cíclica de vapor tiene su mejor aplicación en crudos altamente viscosos, con un buen empuje del yacimiento. Generalmente el comportamiento (esto
es, la razón petróleo-vapor: pie3 de petróleo producido por pie de vapor inyectado) declina a medida que se aumentan los ciclos, lo cual no se realiza si ocurren fracturas. La
recuperación de petróleo frecuentemente es baja, ya que sólo se afecta una parte del
yacimiento.
Mundialmente, la inyección cíclica de vapor se ha aplicado a miles de pozos en
yacimientos con características variables y petróleos viscosos. La mayoría de las evaluaciones publicadas presentan buenos índices económicos y factibilidad
técnica de aplicación en gran escala.
La Tabla 9.8 presenta los criterios de diseño para este proceso.
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